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El boicot. Aproximación teórica

Un boicot es, según los economistas Xavier Cuadras y Modest Guinjoan (Sense Espanya), «la elección individual o colectiva de no comprar algún producto para conseguir determinados objetivos» (2011:72). El objetivo es perjudicar económicamente a un proveedor porque es identificado por el consumidor con un símbolo en concreto que representa algo. Si el boicot se centra en un producto determinado, la acción tendrá más eco mediático.

Según el catedrático de Economía de la Universidad de Barcelona (UB), Albert Solé, «el boicot hay que verlo como algo irracional, la gente lo puede aguantar a corto plazo, pero una empresa?». El profesor aseguraba durante la entrevista con La qüestió catalana que «una empresa no está para estas historias» porque si le hiciera boicot a otra «le generaría pérdidas». A continuación:

1. Antecedentes en Catalunya

2. Exportaciones crecientes

3. Boicot con fecha de caducidad

4. El debate soberanista se encara con pocos síntomas de boicot

5. El efecto frontera

1. Antecedentes en Catalunya

El boicot que España hizo a Catalunya en el año 2005 por la aprobación del Estatut se caracterizó por centrarse en un producto concreto: el cava. Y es que, aunque las empresas del sector nunca se han posicionado a favor de la autodeterminación de Catalunya, son identificadas por los consumidores españoles como empresas catalanas. Cuadras aclaraba durante la entrevista que el boicot de 2005 «no estaba dirigido a empresas independentistas, sino a empresas que se visualizaban como catalanas» porque se «quería represaliar a la sociedad en su conjunto».

Sin embargo, el boicot ya comenzaba a asomarse la Navidad de 2004, después de unas polémicas declaraciones del entonces líder de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Josep Lluís Carod-Rovira. El problema es que, como se quería boicotear el cava, los lotes navideños ya estaban preparados y no salió bien.

Por otra parte, en 2003, Leche Pascual dejó de comprar a los ganaderos catalanes porque la Generalitat se negó a aceptar como yogur un producto del grupo. Sin embargo, los consumidores catalanes les hicieron un contra-boicot, de modo que Pascual perdió entre un 15 y un 20% de ventas en Catalunya. Al poco tiempo, Leche Pascual volvía a comprar a los ganaderos catalanes.

2. Exportaciones crecientes

Éste trabajo parte de un estudio de la Cambra de Comerç de Barcelona, ​​realizado en 2012, que pone de manifiesto que por primera vez en 2011, Catalunya vendió más en el extranjero que en España (53% -47% respectivamente). El aumento de las exportaciones permite reducir el déficit exterior, uno de los «principales desequilibrios que tiene el patrón de crecimiento de la economía catalana, igual que la española» (Amat, 2012: 8).

Según el Centro de Predicción Económica (Ceprede) la distribución de las ventas de bienes por parte de las empresas catalanas son:

Figura 1. Distribución de ventas de bienes de las empresas catalanas

quadre 1 boicot

Fuente: Ceprede 2012

Además, las ventas en el extranjero han aumentado de manera notable en los últimos años.

Figura 2. Ventas de las empresas catalanas en el extranjero

quadre 2 boicot

Fuente: DataComex 2012

Con el aumento de las ventas al exterior, y según afirma Oriol Amat, catedrático de la Universidad Pompeu Fabra, el impacto que podría tener un posible boicot sería menor al del año 2005.

Figura 3. Evolución de las ventas en España y en el extranjero desde Catalunya

gràfic vendes

Fuente: Consell General de Cambres de Catalunya (2012)

3. Boicot con fecha de caducidad

Xavier Cuadras y Modest Guinjoan sostienen el libro Sense Espanya que si se produjera una hipotética independencia de Catalunya, el boicot tendría una «motivación política» y sería expresivo. Esto quiere decir que sería una forma de protesta general por el descontento que supondría que Catalunya se separara del Estado, pero, según sustentan los dos economistas, no todo el mundo haría boicot. Habría los consumidores agraviados que si que harían, los ofendidos que no, y los indiferentes, que seguramente no se unirían. También existe otra clasificación extraída de las encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) para Cuadras y Guinjoan (2011:119).

De ello se deduce que:

  • 1/3 parte de los españoles han hecho boicot y podrían repetirlo.
  • 1/3 parte de los españoles no lo ha hecho pero podría hacerlo.
  • 1/3 parte de los españoles no lo ha hecho ni lo hará.

En otro orden de las cosas, en el caso de las multinacionales ubicadas en Catalunya, Solé se mostró escéptico de que se produjera un boicot contra ellas. «Es un poco ridículo pensar que alguien le podría hacer boicot» porque, hoy en día, «las multinacionales no tienen país y no dejarán de vender en España». E, incluso, dudaba de que los consumidores españoles puedan hacer boicot a los productos catalanes: «Si la mayoría de personas no son capaces de reciclar, aunque estén a favor,¿cómo han de hacer boicot?».

El doctor en Ciencias Económicas, Joan Tugores, con argumentos similares, sostenía que, actualmente, los productos son «made in the world» y cuando hay un boicot «es porque es una referencia mítica, aunque la realidad pueda ser totalmente diferente» . Asimismo, ponía en duda cualquier reacción posible por parte de las empresas españolas:

Las empresas no pueden ni quieren permitirse el lujo de hacer masas gilipolleces porque al final están sujetos a una cuenta de resultados y, en cambio, los consumidores sí están dispuestos a beber un cava más malo y más caro durante una temporada. La cosa no va más allá de la satisfacción psicológica. Pero las empresas están sujetas a unos criterios de racionalidad.
Joan Tugores¹
Doctor en Ciencias Económicas

En este sentido, Tugores también se mostraba incrédulo en referencia a las especulaciones de que un boicot sería catastrófico. «No será tan dramático como se dice, puede que no sea tan suave como el de 2005» pero, en todo caso, lo que puede ocurrir es que «haya unos incentivos de las dos partes -Catalunya y España- modificando el mapa de las relaciones comerciales «.

Durante la entrevista, Cuadras se preguntaba qué es una empresa catalana. Y es que manifestaba que si La Caixa -que tiene la mayor parte de su negocio repartido por el Estado- recibe un boicot perjudicaría «la actividad económica del producto interior bruto (PIB) del lugar donde ésta esté situada». «Se sale perdiendo aquí pero también el lugar donde se cuece el boicot», aseguraba.

En la mayoría de los casos, pues, una posible situación de boicot no sería muy preocupante. Tanto es así que Cuadras, Solé y Tugores remarcaban que la duración y el alcance de un boicot en Catalunya sería limitado porque «un boicot no es gratuito para los que lo hacen». Casi todos los entrevistados, coincidían en que el boicot se centraría en productos determinados como el cava y que éste sería por parte de los consumidores.

Los sectores que se verían afectados por el boicot serían (Cuadras y Guinjoan, 2011:146):

  • Los sectores que venden de forma directa en el mercado español. Un boicot tendría una incidencia en las ventas de estos sectores.
  • Los sectores que venden de forma indirecta en el mercado español, debido a que sus clientes o los clientes de sus clientes, etcétera, sí venden.
  • Los sectores que obtienen ganancias derivadas del aumento de ventas para la sustitución parcial de las importaciones procedentes de España.

Y eso, según explican los dos economistas en Sense Espanya, impactaría en la economía catalana de la siguiente manera:

  • Sectores con mayor impacto: 21% de la economía.
  • Sectores con impacto medio: 20% de la economía.
  • Sectores con impacto bajo: 30% de la economía.
  • Sectores con impacto nulo o casi nulo: 29% de la economía

Así pues, casi el 60% de los sectores no saldría muy perjudicado, mientras que el 40% sufriría las consecuencias.

En otro orden de las cosas, la patronal Cecot realizó una encuesta entre sus empresarios de la que se desprende que un 53% de los empresarios está a favor del estado propio. Según el secretario general de la patronal, David Garrofé, «esto es una estadística que refleja el sentir» y, aunque la encuesta manifestaba que «los que venden mayoritariamente al Estado se notaban más recelosos»² para «los miedos al boicot o por los mercados que tienen en el resto de España «, un 40% de este grupo de empresarios también se mostraba a favor.

Desde el Cercle Català de Negocis (CCN), Jordi Roset exponía que el Govern dice que el expolio fiscal es de un 8% del PIB, aunque ellos creen que es más. Aún así, «aceptamos el dato» y, teniendo en cuenta que «el boicot sería como mucho de un 4%, ganamos».

La solución al boicot para las empresas sería, según el doctor en Economía, Germà Bel, «buscar mercados fuera como han hecho los del cava» porque «el mercado español quedará fuera durante años y tendrán la necesidad de desendeudarse del sector privado «. Y el periodista económico Jordi Goula coincidía con él. Lo que hace falta es «exportar al mercado español, que es mucho más importante». Cuadras y Guinjoan, en cambio, dicen que si Catalunya fuera independiente no habría déficit fiscal y, por tanto, si restásemos lo que se perdería en un boicot obtendría «el balance económico de la independencia» (2011:200).

El boicot financiero y el contra-boicot

Todos los entrevistados están de acuerdo cuando dicen que si los españoles sacaran su dinero de La Caixa, los catalanes los sacarían del Banco Santander o del BBVA. Para Cuadras y Guinjoan, «un boicot financiero a las empresas catalanas de unos bancos generaría oportunidades de negocio para otros» (2011:156). En este sentido, Germà Bel añade que «cuando hay boicots sistemáticos, siempre son simétricos» y, por este motivo, en caso de que hubiera un boicot, los catalanes potenciarían la compra en el mercado interior o, en el caso de las cajas, pondrían sus ahorros en bancos catalanes.

El doctor en Economía, Joan Tugores, se mostraba preocupado cuando hablaba de las entidades financieras. Durante la entrevista aseguró que las empresas están preocupadas porque no saben cómo quedarían las entidades financieras. «De la financiación se habla menos», se lamentaba Tugores, pero «una retirada importante de depósitos de La Caixa o del Banco Sabadell», no tendría el mismo efecto que un boicot a los productos comerciales. Y es que una reducción de los depósitos eleva la dificultad para la concesión de créditos a la Generalitat, por ejemplo.

En enero de 2013, La Caixa presentó un informe según el cual el pacto fiscal es la única salida para Catalunya y consideran que las otras vías son inoperantes. Pocos días más tarde, el Banco Sabadell ratificó este criterio. Sin embargo, para el CCN «habrá entidades que irán escondiendo información» pero «La Caixa, en el momento en que vea claro que el pueblo quiere la independencia, no pondrá trabas porque para ellos es un negocio». Por el contrario, Garrofé (Cecot) opina que «lo que dice La Caixa refleja los miedos que tienen ellos» porque «tendrán que luchar para que le afecte lo menos posible cualquier situación».

Por todo ello, el sector financiero prefiere no entrar en temas de sentimientos. Según un alto ejecutivo de una conocida entidad de ahorros catalana, los bancos se limitan a observar la realidad desde un punto de vista económico y «detectan que hay un desequilibrio que, tal vez, es excesivo entre lo que sale y lo que vuelve. Una vez arreglado eso, no entrarán en temas de sentimientos «. Sin embargo, el debate soberanista está a la orden del día y La Caixa ya ha recibido diferentes cartas en las que usuarios españoles anuncian a Isidre Fainé una posible retirada de sus ahorros por «la actual deriva independentista que está teniendo lugar en Catalunya».

En opinión de este alto cargo, «dejando de lado algunas reacciones más inmediatas, a largo plazo no debería afectar de forma relevante» porque «estamos en un mundo muy globalizado» y, en este sentido, lo compara con el Banco Santander , que está muy internacionalizado y nadie deja de depositar sus ahorros «por el simple hecho de ser un banco español». «Puede haber un ataque de celos o de enfado irracional pero el tiempo lo acaba poniendo todo en su lugar», aseguraba firmemente. Y es que, según declaraba, «hay otras cosas que prevalecen» por encima que la entidad sea catalana o no, «como que te traten bien».

4. El debate soberanista se encara con pocos síntomas de boicot

La Cambra de Comerç de Barcelona llevó a cabo una encuesta entre 802 empresas de Catalunya en noviembre de 2012, en la que preguntaba a sus empresarios si en estos momentos «están experimentando más dificultades en las relaciones comerciales con socios o clientes de fuera de Catalunya por el solo hecho de representar una empresa ubicada en Catalunya «. Un 89,5% de las empresas declararon que no, mientras que el 6,5% aseguraba sufrirlas en algunas ocasiones y el 2,2% tiene dificultades con mucha frecuencia. Según la Cambra, el comercio y la manufactura son los sectores que tienen más dificultades y, por el contrario, los servicios y la construcción son los que tienen menos problemas.

Por otra parte, Pimec realizó una encuesta entre sus empresarios en octubre de 2012, según la cual un 13,7% están muy preocupados por un boicot, mientras que un 25,1% están bastante preocupados, un 44% poco preocupados y un 16,9% nada preocupados.
También la terrassense Cecot efectuó una enquesta en octubre de 2012 entre 800 de los 7.000 afiliados que tiene. Dos de cada tres, o sea, un 67% de sus empresarios no teme un posible boicot, mientras que un 33% se muestra preocupado.

Figura 4. El miedo al boicot de los empresarios catalanes

gràfic boicot

Fuente: encuesta Pimec 2012

A parte de esto, y pese a que las empresas no han hecho declaraciones, durante la Navidad de 2012 salieron varias noticias en diferentes medios de comunicación que aseguraban que el boicot a los productos comerciales -como el cava o Nutrexpa³- ya había comenzado durante las vacaciones . En este caso, según declaraba Xavier Cuadras, «el empresario puede ver cómo bajan sus ventas como consecuencia de una reacción de esta naturaleza».

5. El efecto frontera

La situación de un posible boicot no es lo que más preocupa a los economistas, aseguran el profesor Albert Solé y el doctor Joan Tugores, porque «el efecto tiene una duración y un alcance limitado». Según Solé, a corto plazo, las empresas catalanas seguirían teniendo las mismas relaciones con el Estado pero a la larga se produciría el efecto frontera. McCallum fue el primero en definir este concepto en 1955 como el fenómeno por el cual el comercio dentro de un estado es más intenso que con otros territorios (Cuadras y Guinjoan, 2011:192).

«El país que más nos vota en Eurovisión es Portugal y, en cambio, si miras las relaciones comerciales que tienen con España, los flujos comerciales son muy bajos», argumentaba Solé en referencia al posible efecto que se produciría en caso de que Catalunya se independizado del Estado. Y explica:

El efecto frontera conlleva cambios sociales y culturales muy a largo plazo, incluso se tardarían siglos. Quizás habrá un periodo complicado durante la transición … Pero esto no tiene que ver con el boicot. El boicot hay que verlo como algo irracional, la gente lo puede aguantar a corto plazo, pero, una empresa? Si esto le genera pérdidas, no estará para aguantar estas historias.

Albert Solé
Catedrático de Economía en la UB4

De esta manera, aseguraba Tugores, «una frontera política tiene efectos económicos importantes». El boicot sería una situación puntual pero el efecto frontera iría deteriorando las relaciones con España paulatinamente. En este sentido, un estudio de la Universidad de Edimburgo diagnostica una caída gradual del 80% del comercio entre Catalunya y España y también lo comparan con la relación entre España y Portugal. No obstante, auguran un aumento del 10% del comercio de Catalunya con el resto del mundo, por lo que el impacto total sería de un 9% del PIB catalán. Todo ello es justificado por el economista Donato Fernández Navarrete porque «las fronteras nacionales afectan a todo tipo de comercio y, en especial, al de bienes».

Sin embargo, casi todos los entrevistados por La qüestió catalana se mostraron en desacuerdo a la posibilidad de que se creara entre Catalunya y España un efecto frontera porque «cuanta más Europa hay, más conexiones tenemos» y, actualmente, «los productos son globales», manifestaba secretario general de Cecot. «Se me hace surrealista», se lamentaba un alto ejecutivo de una conocida entidad financiera catalana al ser preguntado por esta posibilidad. «Se habla de fronteras porque están pactadas pero más allá de eso no tengo sentimiento de estar en medio de fronteras» y, por tanto, «en una supuesta Catalunya independiente no contemplo otro escenario. La frontera es un concepto puramente administrativo «, aseguraba.


[1] Opiniones extraídas de la entrevista personal hecha por La qüestió catalana al doctor en Ciencias Económicas, Joan Tugores, el 18 de enero de 2013 en el despacho del profesor en la Facultad d’Economía y Empresa de la Universidad de Barcelona.
[2] Los empresarios que venden al resto de España son, según la encuesta de Cecot, 1/3 de los empresarios catalanes.
[3] Los medios de comunicación publicaron que «el presidente de Nutrexpa, Javier Ferrero -su nombre real es Javier Ventura-, asistió a la manifestación independentista del Onze de Setembre», pero Nutrexpa lo desmiente.
[4] Opiniones extraídas de la entrevista personal hecha por La qüestió catalana al catedrático de Economía de la Universidad de Barcelona el pasado 17 de enero de 2013 en Vic.

9 pensamientos en “El boicot. Curiosidades

  1. Soy empresario y pienso continuar con el boicot, además es falso salvo en unos sectores muy concretos que no se puede alargar en el tiempo el boicot. Quereis dar miedo, pero miedo solo teneis los catalanes que sabeis que la prepotencia de los separatistas os puede costar la destrucción de vuestra economía. Y ojo, todavía no se ha hecho boicot de verdad, el dia que llegue la afrenta de una consulta o algo por el estilo, el boicot será masivo, total. Es algo natural, los separatas desprecian al resto del país y eso se les volverá en contra por el orgullo que sacaran los españoles, aunque lamentablemente lo acaben pagando los buenos catalanes, los que son honrados y no falsean la historia.

    • Curioso comentario…., es evidente que los españoles compran productos catalanes porque son solidarios y los quieren mucho….., no es porque sus productos sean buenos , bonitos y baratos,…. y evidentemente cuando tengan que hacer boikot compraran productos mas caros, peores, solo porque les jode que Catalunya sea independiente del estado español, que cosas,…., es evidente que los españoles piensan que Gibraltar seria toda una potencia en manos españolas y que Catalunya sera un desastre sin España. .. Que paisanos… asi nos va.

      • ¿… y quien dice que son peores? Ese es un autoengaño frecuente

        No soy catalán. He hecho algunos cambios en la cesta de la compra, por supuesto no todos, pero sí _algunos_. Como consumidor estoy satisfecho con la calidad, algunos cambios serán permanentes mientras me sigan ofreciendo el mismo producto que ahora conozco y he probado. Muchas de las cosas que antes compraba eran exactamente iguales, algunas eran de peor calidad y desde luego las de antes eran más caras.

        Lo son, punto. El IVA que pago no me lo devuelven ni me beneficia o sea que SON mas caras para mí. Y aunque fueran mas baratas, que no lo son, que les aseguren que iré corriendo a comprarlas dentro de tres meses porque el dinero es lo único que importa… eso no rige tanto en otros lugares como ustedes piensan. Hay otras cosas.

        Por ejemplo el valor añadido. Me siento bien cuando compro a alguien que me respeta. Cuando compro algo que me hace sentirme bien conmigo mismo. ¿porque consumir algo que me hace sentir mal?

        Así que, no hablo por los demás, pero no me preocupa lo más mínimo pagar un poco más por un producto murciano o canario de excelente calidad por ejemplo. Son gente estupenda cálida y HONESTA que siempre me han acogido con los brazos abiertos y te vienen de frente, así que les compro encantado aunque yo sea de otra región (y les mando un saludo por si hay alguno desde aquí). Muchos nos sentimos como si Cataluña nos hubiera apuñalado por la espalda, con una amplia sonrisa, eso sí, pero repetidamente y con cierta insistencia.

        A los «expertos» economistas que nos tratan como si fueramos chiquillos sin criterio, sinceramente y cariñosamente lo digo… les pueden dar matachana. Eran tan expertos que no las vieron venir y siguen autoengañandose y vendiendo motos. Si una encuesta indica justo un tercio de respuestas de cada uno de las tres opciones… ya es casualidad, hombre. Para mí esa encuesta está directamente inventada, o se la han hecho a un sector de poblacion cuidadosamente mal seleccionado y no representativo.

    • «la afrenta de una consulta». Amigo, te descalificas tú solito.
      Y los «buenos catalanes» son los que piensan como tú. Estás fatal, tío.

  2. Es bien curioso lo del boicot contra productos de Cataluña. Supongo que su organizadores, no irán en un SEAT (por lo de Martorell), se comprarán el jabón líquido a granel (por lo del envase), no fumaran (por lo del papel), ignorantes!!.. Y supongo que también harán boicot a los avances médicos. No aceptaran espero ninguna opción de mejora oncológica (cáncer para los cortitos) que sea catalana, ni tampoco aceptaran ninguna solución quirúrgica que se efectúe en cataluña. Si se boicotea se ha de hacer con todo. Así los conoceremos, los que vayan a pie, apesten de lejos y estén enfermos a morir estos serán los boicoteadores..

    • Lo mismo me compro un coche hecho en Valladolid, un jabón valenciano y recurro a la medicina española que, a decir de los analistas internacionales, debe ser de las mejores del mundo. Como no fumo, paso del papel. Se te ve el plumero, «mostoleño».

  3. No voy en un Seat, no fumo, no soy un ignorante, no me creo que el cancer se esté curando unicamente en Cataluña ni con científicos que sean únicamente catalanes o que el gobierno catalán actual les haya facilitado su trabajo un mojón, tampoco creo que esos científicos lleven un tatuaje que ponga «propiedad del gobierno catalán»

    … y el jabon que consumo se produce en… veamos…

    … Polonia, gracias. Un hermoso país, lleno de bosques y lagos.

  4. Comprar un coche ensamblado en Martorell puede aportar más componentes fabricados en España que uno ensamblado en Palencia o Valladolid, que puede tener más componentes catalanes….. El boicot a una región europea concreta es casi imposible de cuantificar. Los envases, etiquetas y taponen del cava catalán son, con mucha probabilidad, fabricados fuera de Cataluña, y así una lista interminable. El boicot afecta por igual a ambas zonas, España y Cataluña, con el diferencial que en en Cataluña la balanza comer ial con el resto de Europa es positiva……

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